Distracciones y amor materno

No hay nada peor que un servidor que no responde… sobre todo cuando a uno ya le urge ver el trabajo arriba. Así que mientras los fierros esos no me dejan subir material de la expedición, aprovecho para escribir estas líneas, ya luego las pegaré en el blog, si al Sr. Servidor le place.

Es un poco difícil trabajar aquí en Ruiz, Nayarit. No lo digo por el exquisito calor que me ha tocado, ni porque esté incómodo (¿quién va estar incómodo trabajando en una mesita al aire libre, rodeado de vegetación y sombra, después de pasar el 90% del tiempo encerrado en una oficina con una polvosa alfombra prehistórica?). No, el problema de trabajar aquí es que hay demasiadas cosas que me distraen… Si voy a mi cuarto por algo, hay una iguanita; si paso por la palapita, está la avispa alimentando a sus larvas; si se hace noche, los bichos se reunen a complotear en las lámparas y me veo obligado a ir a ver que se traen… eso me ha costado unos buenos piquetes, pero también apreciar varias criaturas curiosas y una que otra oportunista rana. Lo realmente horrible de esto no es el server o los piquetes, sino que olvidé mi flash para ver más allá de lo evidente, como decían los thundercats. Estoy rezando a Santa Mensajería a ver si intercede por mí. Actualización: mis rezos funcionaron, hasta cambie la foto 🙂

Bueno, dice ahí “conectando con wwf.org.mx”. Todo indica que lo seguirá diciendo en un rato más. Voy a ver si alguna araña me quiere sacar la lengua, porque los servidores se detienen, pero la naturaleza no. A la naturaleza no hay que buscar detenerla, hay que observarla con gusto y disfrutarla. Como este video que les comparto, de la avispa alimentando a sus larvas (tengan piedad, yo no hago video).

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Ya está pasando otra vez, una libélula super enana se pasea y me hace girar la cabeza como loco buscando las voces…