Vacas cafres

Por fin, la expedición comenzó. Todos estábamos desesperados por sacar las cámaras y capturar la magia del último de los ríos salvajes de México: él Río San Pedro. Subimos a lo alto del cerro Peñas para esperar el amanecer. Durante el camino, las vacas alargaban la emoción de llegar a la cima. Tres de ellas corrían enfrente de la camioneta bloqueando el paso. Jaime bajo y trató de orillarlas, pero después de tres intentos, no pudimos alcanzarlas. Por fin las pasamos y pudimos llegar a la estación de microondas para fotografiar el horizonte. Caminamos por una vereda angosta, haciendo una fila india y cargando nuestro equipo. Jaime, después de largas semanas coordinando y planeando la expedición, fue el primero en apretar el disparador de la cámara.