Una tortuga de fango se nos atravesó hoy en la mañana mientras viajábamos de Palma Grande hacía Ruiz. Tomarle fotos no fue nada fácil pues me tuve que meter hasta los tobillos en el lodo y además la cámara tenía que estar más o menos al mismo nivel de la tortuga para que saliera todo el paisaje.
Pero esa no era mi mayor preocupación, el problema que tenía es que la tortuga no quería sacar la cabeza del caparazón. Ya cuando estaba todo cubierto de lodo se me ocurrió que podía encuadrar la foto, dejar la cámara sobre un poco de pasto seco, programarla para que tomara una foto cada segundo y alejarme para ver si salía la tortuga.