Aventura ornitológica

 

El último de mis días allá, por la mañana salimos en búsqueda del pájaro carpintero, especie en peligro y utilizada por la gente local. Encaminados por don Antonio, cruzamos el río en su lanchita y nos dividimos para no ahuyentar a nuestro objetivo, muy sensible a movimientos y ruidos. Pablo y yo nos instalamos en el primer punto de observación, cerca del río y de algunos árboles sin hojas donde nos comentó don Antonio que gustan de posarse por la mañana. Por primera vez, me encontraba dentro de un puesto de observación (una especie de tiendita de campaña camuflada, con cierres en los cuatro lados para poder vigilar y estar preparados para soltar los disparos de la cámara), de esos que sólo había visto a través de documentales en la televisión. Con la emoción del momento, esperamos minuto a minuto la aparición del tan buscado carpintero de copete rojo –el mismo que meses antes se nos había escapado a Ricardo y a mi durante un viaje a la zona para otro proyecto que estábamos realizando para WWF, a tan sólo 2 metros de distancia!

Durante la espera aprovechamos para fotografiar colibríes, flores, insectos y otras aves que visitaban nuestra zona de alcance, como este paseriforme de pecho rojo. En un momento inesperado, cuando el calor yel entumecimiento ya nos daba avisos de alarma, el carpintero llegó. Primero un individuo de otra especie de carpinteros se posó sobre las ramas pelonas del árbol junto a nosotros, en una posición incómoda por la poca luz que llegaba pero, sin embargo, no impidió que hiciéramos algunas tomas; justo unos momentos después, pasó volando frente a nosotros un carpintero de copete rojo pequeño, sin darnos tiempo de plasmarlo en los sensores de nuestras cámaras. Ése fue nuestro fugaz acercamiento con él esa mañana, ya no volvió.

Pasado ese instante, volvimos a fotografiar toda clase de cosas hasta que la luz no dío para más (después de unas 3 horas y media) y decidimos desmontar nuestro refugio. Antes de cruzar de nuevo el río, nos encontramos con el resto del equipo, quienes tuvieron éxito parcial porque lo fotografiaron pero sin la calidad de una foto impactante. Espero que al conseguirla, sirva como estandarte de los esfuerzos que deben realizarse por la conservación de este espacio natural que es la cuenca del San Pedro, hogar de sin fin de especies y de su interacción.

Al final, me quedo con mi primer experiencia adentrándome en este tipo de fotografía, la de paciencia y asertividad, esperando con ansia una nueva oportunidad.